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viernes, 25 de septiembre de 2009

Mas atencion de la deseada

 

Llegamos  a casa enseguida y como siempre subí directo a mi cuarto y encendí mi computador, estuve revisando el correo y vagando por el Internet, hasta que me canse y tome un cuaderno, un lápiz y un borrador, salí y me dirigí hacia la montaña que había detrás de la casa, me senté allí y comencé a dibujar a todo el que pasaba, pero hubo una persona que me llamo mucho la atención, una mujer de edad, alta, de piel clara y con el pelo totalmente cubrido por las canas. Su rostro era alegre y se notaba que en su juventud había sido una mujer bella, pero ahora sus arrugas deformaban la encantadora sonrisa que daba a todos, me sorprendió la energía de esta mujer, era impresionante que a pesar de todo hubiera gente feliz.

Riiiiiiiiing. Sonó mi teléfono, era Catherine de nuevo, que querría ahora?

-Hola, Dije con desaliento.

-Amor, te he estado llamando! Dijo alterada.

-Ahhhhh si, mi teléfono se descargo. Dije tratando de parecer sincero.

-Porque no vienes por acá? Pregunto segura de que diría que si.

-No se, esta bien, ya voy. A pesar que me daba pereza me pareció que seria conveniente para distraerme con algo.

Baje de la montaña dando tumbos, tropecé varias veces, pero al fin llegue a la casa, entre rápidamente y me cambie la ropa empolvada que llevaba, baje  rápidamente, salí y subí a mi auto. El camino a casa de Catherine era muy corto así que estuve allí en unos cuantos minutos, al llegar me encontré con una fiesta, ella había organizado una fiesta y me había engañado para que asistiera. Ya estaba allá, asíque entre de todas formas. La casa estaba infestada de personas, todos me conocían, pero había unos cuantos a los que yo no, busque a Catherine hasta que la encontré cerca de la piscina.

-Amoooooooorrrrrrrrrrr, por fin llegas! Dijo y pude notar el alto grado de ebriedad en el que estaba.

-Catherine, estas muy ebria, contrólate! Le dije alzando la voz, sabia que mañana se arrepentiría de hacer el ridículo.

-Aiiiiiiiiiiiiii, déjame. Con esto se retiro hacia el bar por mas vodka.

Estuve un largo tiempo dando vueltas por ahí saludando a todos, hasta que me encintre con Diane, mi mejor amiga, ella siempre estaba allí cunado mas la necesitaba.

-Diane! Grite, ya que estaba al otro lado de la habitación.

-Dominic, por fin alguien conocido. Dijo acercándose.

Ella y yo estuvimos conversando hasta que Catherine nos vio.

-Oh oh! Dije en voz baja, lo suficiente para que nadie me oyera, sabia lo celosa que era Catherine.

-Dominic, que haces con esta? Pregunto llena de ira.

-Es solo una amiga! Dije tratándola de hacerla entender.

-Tu no puedes tener amigas, eres mió! Dijo ella y con esto vi como los ojos de Diane, esa pequeña de ojos verdes y cabello rojizo se aguaban mientras salía corriendo.

-Que te pasa, estas loca? Le dije, había tocado un terreno prohibido.

-Sabes que, terminamos! Dijo ella tratando de hacerme sentir mal.

-Gracias, por fin! Dije enojado.

-Perfecto Dominic, no vuelvas nunca a pedirme perdón. Dijo aun mas ebria que antes.

-Es que me crees idiota, como volvería con tigo. Dije en un tono despectivo.

-Ahhhhhhhhhh! Exclamo ella mientras me miraba con enojo.

-Uy, oh, golpe bajo!!!!! Fueron algunos de los comentarios que hizo el publico, lastima que me hubiera tendido que deshacer de ella en publico.

Salí corriendo para alcanzar a Diane, la encontré en el jardín llorando.

-Diane, por fin te encuentro, no le hagas cazo a la idiota de Catherine, ya todo acabo.

-Pero es que me hizo sentir horrible. Dijo ella muy triste.

-Lo se, es su especialidad, olvídala y ven te llevo. Le di la mano y la ayude a parar.

Durante el camino conversamos sobre a música que estaban tocando en la radio, al llegar a su casa Diane salio del carro despidiéndose con un fuerte abrazo, vi como se alejaba y me dirigí a casa.

 

martes, 22 de septiembre de 2009

Velorio

Al llegar a casa me encontré con el auto de mi padre en el parqueadero.

-Por que estaría aquí? Me pregunte a mi mismo.

Entre y me encontré con mi padre todo vestido de negro, con unas flores y una tarjeta

-Dominic, por fin llegas, te esperaba, vístete. Dijo con naturalidad.

-Para………? Pregunte automáticamente.

-El velorio. Dijo el con tristeza, aunque no lo demostraba sabia que no lo lograba superar.

En ese momento mi mundo se desplomo ante mi, por fin había llegado el momento de despedirme de ella para siempre. Muy desalentado subí las escaleras y entre a mi habitación, allí deje mis cosas en la cama y tome un traje negro que tenia guardado desde el ultimo viaje de mi madre a Milán, me lo trajo, dijo que me vería excelente a usarlo, que lastima que deba estrenarlo en su velorio. Me lo puse con agilidad y baje.

-Listo? Pregunto mi padre, aun se notaba la tristeza que tenia.

-Eso creo. Dije y salimos, nos montamos en su auto y el condujo hacia el velorio.

El viaje fue terrible, en repetidas ocasiones pensé en abrir la puerta y tirarme, todo para escapar de lo que venia. El viaje me lo pase entre respondiendo las preguntas vacías de mi padre y tratando de soportar los sollozos.

Riiiiiiiiiiing. Sonó mi teléfono, al sacarlo del bolsillo me di cuenta que era Catherine, había llamado 11 veces y por alguna extraña razón no lo había escuchado, le colgué, en estos momentos no estaba para sus comentarios plásticos y vacíos.

Al llegar baje del carro y me dirigí directamente adentro, tratando de esquivar a todas las personas que esperaban para darnos sus condolencias, mi madre tenia muchos conocidos y allí estaban todos, se que algunos solo estaban allí para aparentar, pero otros de verdad lamentaban su muerte. El sacerdote se paso toda la ceremonia hablando de la familia, cosa que no ayudaba mucho, ya que me recordaba que la mía estaba incompleta ahora. Al final salí de la habitación, esta vez no pude evadir a la multitud.

-Lo lamento, Lo siento. Estos eran os comentarios que escuche durante mi trayecto hacia el auto.

Al cabo de unos cuantos pésames y lagrimas falsas logre llegar al auto. Debí esperar un tiempo a que mi padre terminara de saludar, así que aproveche este tiempo para desahogar mis penas, llore y llore hasta que mas no pude, a tal punto que mi cabeza estaba a punto de estallar. La puerta se abrió.

-Suficiente por hoy no? Pregunto mi padre con el animo por el suelo.

-Si. Respondí tapándome los ojos con la manga, no quería que me viera así. Ya había sufrido mucho, era mi manera de ayudarlo. Con que yo estuviera al borde del suicidio era suficiente, no quería arrastrarlo el.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Mi vida es un desastre

Desperté al día siguiente muy temprano, me bañe y prepare para ir al instituto. Baje a la cocina donde me encontré con mi desayuno y una nota que decía:

Dominic, Tuve que salir temprano a organizar el velorio, porfavor entiende y no te molestes por lo de anoche, solo estaba preocupado por ti.

Te quiere, Sebastian

Mi padre, aquel hombre alto y elegante de ojos verdes y castaño, que a pesar de ser frio, se preocupaba por mi, me quería. Me seque las lagrimas, termine de desayunar y recogí mis cosas, salí de la casa y me monte en mi Maserati granturismo, mi obsequio de 16. Conduje através de la ciudad con la música al máximo, para mantener mi mente distraída. Cuando llegue al instituto me esperaba en la entrada Catherine, baje del auto y me dirigí hacia ella.

-Mi amor, por que no contestas el teléfono? Dijo ella intrigada.

-Es que mi madre tuvo un accidente, murió! Dije apunto de romper en llanto.

-Ay, pero no importa, supéralo. Dijo con ese tono desagradable que usaba cuando algo no le importaba.

-Que no importa, como puedes decir eso? Pregunte anonadado.

-ay amor, no quise decir eso, perdóname. Respondió, haciéndose la interesada.

-Esta bien. Respondí y ella se retiro a ver a sus amigas.

No se como había llegado a ser novio de ella, a pesar de que llevábamos 1 año juntos, no sentía nada por ella, tal vez había sido su insistencia.

El resto del día paso muy extraño, ya que todos se acercaban a darme sus condolencias, seguro había sido Catherine, ella o su sequito de chismosas seguro lo habían regado, Esto me hizo sentir peor de lo que estaba, ya que me recordaba el terrible suceso. Al final del día me escape de Catherine, me subí al auto y salí conduciendo directo a casa.

 

 

jueves, 17 de septiembre de 2009

Premios y Agradecimientos!!!



Anastazia muuuuuuuuuuchas gracias por los premios!!!!!!!!!!!!!!!







Me gustaria recomendar:
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Son de verdad unos blogs increibles, unas historias asombrosas!!!!!!!

La llamada

Riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiing. Sonó el teléfono que estaba tirado en mi cama, lo recogí y conteste.

-Hola. Dije muy tranquilo.

-Hijo, eres tu? Dijo una voz que reconocí como la de mi padre.

-Si. Respondí.

-Es queeeeeee, mmmmmm, te tengo una noticia. Dijo con la voz quebrada.

-Que? Respondí preocupado.

-Tu madre, mu mu murió. Dijo y rompió a llorar.

-Que? Como? Cuando? Donde?. Pregunte hiperventilando.

-Tuvo un accidente. Logro decir entre sollozos.

-Nooooooooo. Colgué y rompí a llorar. Mi madre como podía haber muerto? Me preguntaba sin césar. Enloquecido salí de la casa y empecé a correr, la adrenalina era tal que en un momento estaba en la playa, entre al mar y allí recordé cuando mi madre yo íbamos juntos a nadar, rompí a llorar de nuevo, esta vez mas fuerte, tanto que mi cabeza me estaba matando. Salí dispuesto a calmarme, subí a unas rocas y allí me senté a pensar. Pensé de todo, que era una broma, que era un sueño, no mas bien una pesadilla. Estuve allí observando el cielo durante horas, aunque para mi solo pasaron algunos minutos. El sol se oculto, así que decidí volver, el camino a casa se me hizo mas largo, pero al cabo de unos minutos llegue, cuando estaba entrando a la casa mi padre abrió la puerta.

-Dominic!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Dijo enojado y angustiado a la vez.

-Que? Lo mire intrigado.

-Donde has estado? Me miro fijamente.

-Pensando, llorando, que es lo que pretendes que mi madre se muera y yo me quede como si nada hubiera pasado. Respondí desafiante.

-No me importa, debiste habérmelo dicho. Dijo alzando la voz.

-Déjame en paz!!!!!! Con esto me retire a mi habitación y di un portazo. Me acosté en mi cama y lentamente, debido a las lagrimas me fui quedando dormido,