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martes, 3 de noviembre de 2009

Y la incomodidad sigue.............

El día siguiente era sábado, pero no cualquier sábado, era el día de San Valentín, a si que se me ocurrió una idea para ayudar a Diane con su depresión. Me organote rápidamente y me dirigí a casa de Diane, al llegar me baje del auto y llame a la puerta.

Ding Dong. Sonó el timbre e inmediatamente la puerta se abrió de par en par.

-Hola Dominic. Dijo Diane con un tono de voz bajo.

-Ven. Le dije y la arrastre hacia el auto.

-Que, adonde me llevas? Pregunto ella haciendo fuerza.

-Ya lo veras. Le dije y estas fueron mis ultimas palabras durante el viaje.

-El centro comercial? Pregunto Diane en un tono de voz sorprendido.

-Si. Dije secamente ayudándola a bajar del auto y la conduje hacia dentro.

Bueno, feliz día de San Valentín, Compra lo que quieras, yo te invito. Dije muy entusiasmado.

Es en serio, te acordaste, lo que quiera? Pregunto ella desbordando alegría.

Si, adelante. Le dije invitándola con un gesto con las manos.

Estuvimos  en todos los almacenes, Dior, Prada, D&G, Marc Jacobs, Chanel, Calvin Klein, Valentino y muchas otras. Diane se estuvo midiendo cada una de las prendas de cada almacén, saliendo con al menos una bolsa de cada uno. Cuando nos dirigimos hacia la zona de comidas para descansar, allí estaba Catherine y de inmediato se acerco a nosotros, note que llevaba unas gafas de sol enormes para cubrir la herida, esto me hizo reír lo que causo que Diane también riera y que Catherine se sintiera intimidada.

-De compras? Pregunto ella en modo desafiante.

-Si, por? Le respondí de igual modo.

-No por nada simplemente tenia curiosidad de saber que era en lo que estabas desperdiciando el dinero. Dijo ella ofensivamente.

-No lo desperdicio, lo gasto en alguien que vale la pena, por que crees que nunca te compre ropa a ti. Le dije alterado.

-Por que no lo vales. Dijo Diane de un modo que ocasiono que Catherine tuviera que retirarse vencida.

Es que nunca nos dejaría en paz? Pensé para mi mismo, pareciera que nos estuviera siguiendo. Salimos de allí y nos dirigimos hacia el auto, depositamos las toneladas de bolsas en el baúl y subimos.

-A donde? Pregunto Diane.

 -No hemos almorzado. Le dije en un tono intrigante.

Ella quedo confundida y así permaneció hasta que llegamos a el restaurante de la colina, era el restaurante mas famoso de Beverley Hills ya que se veía la ciudad entera, era una vista hermosa, perfecta para la ocasión. Ayude a Diane a bajar del auto y la conduje hacia la entrada.

-Tienen reservación? Pregunto el sujeto de la entrada.

-Si, Dominic. Respondo sonriendo a Diane, que se aferraba a mi brazo.

El sujeto nos condujo hacia la mesa que estaba justo en el mirador, de donde se podía verla mejor vista. La cena transcurrió tal y como planeada, Diane ordeno todo lo que quiso, hasta quedar totalmente feliz y satisfecha. Al terminar pague con la tarjeta de crédito y nos dirigimos hacia el auto. La conduje a casa y al llegar paso lo mismo de la noche anterior, pero esta vez fue peor. Diane me observaba fijamente a los ojos.

-Gracias por todo, eres una persona muy especial para mi. Dijo ella sin parar de observarme.

-Pues de nada. Dije, pero no pude terminar impedido por el beso de Diane.

Ella bajo del auto rápidamente, saco las bolsas del baúl y entro a su casa. Conduje a casa con mi mente echa pedazos ya que este asunto de Diane me tenia bastante preocupado, al llegar entre rápidamente y me dirigí a mi cuarto donde me puse a ver televisión hasta quedar dormido.